En la actualidad, existe una basta cantidad de fuentes de información disponibles para la sociedad en general. Con anterioridad, uno debía estar indagando en este mar de información, y con ello poco a poco ir desarrollando un conocimiento, una habilidad, que nos permitiera ser mejor persona, mejor profesionitas. Hoy día, esta tarea se ha vuelto más sencilla gracias a las tecnologías de la información. En particular, en esta ocasión, deseo mencionar algo sobre los cursos masivos, abiertos, y en línea (MOOCs, por sus siglas en inglés) a los que se tiene acceso gracias a la Internet.
Las temáticas de los cursos varían. Los idiomas disponibles varían, aunque en su mayoría sean en inglés. Obtener, o no, un certificado por los cursos es opcional, tanto por el ofertante (ya sea persona o institución), como por el estudiante, y puede, o no, tener un costo. Los beneficios que se obtienen de estos cursos también varían. Sobre este último punto, ha habido una gran crítica sobre la utilidad de esta herramienta, y por ello existen investigadores que se han dado a la tarea de averiguarlo. Aún no existe una respuesta definitiva pero, por lo menos en este artículo (en inglés), se aprecia una tendencia a tener beneficios tangibles e intangibles al ser partícipe de este tipo de cursos.