El recuento de... las tesis

En días pasados viví la experiencia del certamen "Cinvestesis 180": fueron 80 episodios de, cuando mucho, 180 segundos cada uno de ellos; no más de 3 minutos en los que estudiantes de doctorado de las diferentes unidades del Cinvestav platicaron en un lenguaje coloquial su tema de tesis... ¡vaya experimento!.

Estudios sobre genética, cáncer, alimentos, física, nanotecnología, botánica, materiales, robótica, algoritmos, entre muchos otros, fueron los temas que abarcaron los diversos discursos que dieron los participantes de este certamen auspiciado por el Cinvestav, y con apoyo del Conacyt, para lograr la divulgación de la ciencia y del trabajo que cada uno de nosotros realizamos al desempeñar nuestras labores como investigadores en formación.

Durante este evento, que ocurrió los días 3 y 4 de septiembre del año en curso, se contó con la presencia del director René Asomoza Palacio para el inauguración en el Auditorio Rosenblueth, así como un jurado multidisciplinario: científicos, investigadores, periodístas y comunicadores; personas encargadas de evaluar nuestro desempeño en los rubros de conocimiento sobre el tema, habilidad para transmitirlo e interés generado en la audiciencia. Obviamente, también se contó con la presencia de estudiantes de las unidades de Guadalajara, Irapuato, Mérida, Monterrey, Querétaro, Saltillo, Sede Sur y, por supuesto, Zacatenco.

Los ganadores de este certamen fueron: Rodolfo Daniel Cervantes Villagrana con el primer lugar, del Cinvestav Zacatenco, con una tesis sobre cáncer; Paola Andrea Palmeros Suárez con el segundo lugar, del Cinvestav Irapuato, con una tesis sobre manipulación de plantas; y David Antonio Morales Barrera con el tercer lugar, del Cinvestav Mérida, con una tesis sobre autoensamble de esferas; también existió una mención honorífica para Rubiceli Medina, del Cinvestav Zacatenco, por su manera creativa al exponer su tema. En lo personal, también añadiría una nota curiosa a este listado: la participación de un estudiante extranjero, de la India en particular, que se atrevió a concursar aún y cuando su lengua materna no fuera el español. Me parece que eso es una muestra de la pasión que cada uno de nosotros tenemos al dedicar tanto tiempo a nuestras tesis, y que deseamos compartirlos aunque a veces no logramos hacerlo del todo bien, pero la pasión ahí está. Desde aquí un aplauso, nuevamente, para el estudiante de la India (que lamentablemente olvidé su nombre) que supo canalizar la energía y demostrarnos que aún fuera de nuestro país podemos seguir trabajando en lo que nos hace feliz.

También me gustaría reflexionar sobre el objetivo de este certamen: mejorar las habilidades de comunicación oral de nosotros, los investigadores en formación, y con ello facilitar la labor de la divulgación de la ciencia en México, o por lo menos ese fue, para mí, el objetivo primario... creo que se logró con creces. Pero más allá de eso, el efecto secundario del certamen fue lograr un acercamiento entre nosotros los estudiantes, conocer y entender que hacen nuestros colegas en las otras unidades, establecer relaciones de amistad y, potencialmente, colaboración en trabajos multidisciplinarios, intercambiar el cómo se vive la experiencia Cinvestav pero tropicalizado en las diferentes regiones del país, estrechar los vínculos con la institución y, sobre todo, estimular nuestra pasión y alentarnos a seguir adelante trabajando árduamente para hacer crecer un poquito más la ciencia en nuestro bella patria. Sí, sueno a un idealista, lo sé.

En lo particular, no fui un ganador pero, en definitiva, no fui un perdedor: me traje un gran aprendizaje como resultado de esta experiencia, me percaté de nuevas y mejores estrategias de comunicación, conocí y conviví con grandes personas, la nueva generación de investigadores de México, y descubrí un poco más del país a través de mis compañeros del certamen. Por todo esto, un enorme agradecimiento a todos y cada uno de los organizadores del Cinvestesis 180. En lo particular a Daniela Reyes, Paola Draco, y Lilian Domínguez, que son las organizadoras con las cuales conviví. Sé que no son las únicas, y que sin todo el demás equipo de trabajo no hubiera sido posible esta tremenda labor, así que también un afectuoso abrazo y mi más sincera felicitación y gratitud por hacernos muy amena nuestra estancia en el certamen.

¡Vaya experimento... tan rotúndamente exitoso!

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